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Existen varias afecciones médicas que pueden afectar al tubo digestivo y que se conocen colectivamente como enfermedades del intestino irritable (EII). Las EII más comunes son la colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn, que se sospecha que son el resultado de un trastorno autoinmune. La EII puede ser una enfermedad grave para la persona afectada, pero ¿cómo afecta al embarazo?
Independientemente de los cuidados que tenga la madre durante el embarazo, siempre existe un 3-5% de probabilidades de que el bebé sufra un defecto congénito. Esto suele denominarse riesgo de fondo, pero a las madres puede preocuparles más cómo pueden afectar a su bebé las enfermedades del intestino irritable. Para responder a esa pregunta, tendremos que abordar cómo pueden afectar esas EII a su embarazo en las distintas etapas:
Padecer colitis ulcerosa antes del embarazo no afecta a las posibilidades de quedarse embarazada. La enfermedad suele estar localizada en el colon y no afecta al aparato reproductor. Lo mismo puede decirse de una mujer con enfermedad de Crohn inactiva, pero no si la afección sigue activa. Recuerda que la enfermedad de Crohn no puede curarse por completo, pero mediante tratamiento puede suprimirse y volverse inactiva, en cuyo caso la mujer puede quedarse embarazada. Sin embargo, si la enfermedad sigue activa, puede causar inflamación en los órganos pélvicos y dificultar la concepción.
Además de un caso activo de enfermedad de Crohn, la cirugía realizada para tratar la EII también puede dificultar la concepción. La cirugía puede haberse recomendado si los síntomas eran graves y debilitantes para la mujer, pero puede dejar tejido cicatricial alrededor de las trompas de Falopio y otras regiones pélvicas, lo que afecta a la concepción.
En los hombres, padecer enfermedades del intestino irritable no afecta directamente a la infertilidad, pero sí a otros factores. Por ejemplo, algunos medicamentos para la EII pueden reducir el recuento de espermatozoides o afectar a su desarrollo, todo lo cual puede afectar a la probabilidad de quedarse embarazada.
Si al inicio del embarazo la mujer ya padecía una enfermedad de Crohn inactiva gracias a la medicación y otras opciones de tratamiento, el bebé no se vería afectado por la EII. En cuanto a la madre, tampoco experimentaría ningún cambio en los síntomas y debería esperar un embarazo cómodo. Por otro lado, si la enfermedad de Crohn no se hubiera tratado, la madre seguiría experimentando síntomas de la enfermedad durante todo el embarazo.
Sin embargo, los efectos de las enfermedades del intestino irritable debidas a la colitis ulcerosa pueden ser diferentes, ya que algunas mujeres experimentan un empeoramiento de los síntomas y otras un alivio de los mismos. En estos casos, es fundamental que su médico le recomiende la medicación adecuada, ya que suspenderla puede empeorar los síntomas.
Afortunadamente, padecer EII durante el embarazo no provoca defectos en el bebé que nace, como han demostrado diversos estudios. Sin embargo, cabe esperar complicaciones como mortinatos, partos prematuros y bajo peso al nacer. Los síntomas graves de la EII pueden incluso provocar un aborto espontáneo, por eso es tan importante seguir una medicación adecuada.
Tras el parto, la madre puede, por consejo de su médico, amamantar al bebé como de costumbre. Esto suele venir determinado por el tipo de medicación que se esté tomando para la EII, y puede resolverse cambiando de medicamento.
El Dr. Dmitry Bronfman es ginecólogo colegiado especializado en todos los aspectos de la salud de la mujer contemporánea, medicina preventiva, dolor pélvico, cirugía mínimamente invasiva y robótica, y ginecología general, de la adolescencia y de la menopausia.
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