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La endometriosis es una enfermedad dolorosa y crónica en la que el revestimiento interno del útero o endometrio no sólo está presente dentro del útero, sino también fuera de él. Básicamente, el tejido que recubre el útero desde el interior crece en grupos o parches en órganos situados alrededor del útero como las trompas de Falopio, los ovarios, la superficie externa del útero o los intestinos y, en algunos casos poco frecuentes, en otros órganos dentro del estómago o en zonas situadas más allá de él. Estas manchas endometriales se conocen como implantes.
Por desgracia, los implantes endometriales tienden a crecer, desprenderse y sangrar igual que el revestimiento interno del útero o endometrio. Esto explica por qué el dolor y las molestias asociadas a esta afección se producen casi siempre en torno a la menstruación de la mujer. Sin embargo, los dolores frecuentes que aparecen independientemente del periodo menstrual también son bastante comunes, especialmente cuando los implantes están situados en zonas delicadas. Del mismo modo, las mujeres que padecen endometriosis suelen experimentar dolor durante las relaciones sexuales, al pasar o al hacer ejercicio.
La endometriosis suele afectar a mujeres en edad reproductiva debido a su dependencia de los estrógenos. Aunque pueda parecer una enfermedad poco común, casi el 80% de las mujeres con dolor pélvico frecuente y casi el 20-25% de las mujeres infértiles son diagnosticadas de esta enfermedad. Después de todo, ésta es también una de las principales causas de infertilidad en las mujeres.
La endometriosis produce una amplia variedad de síntomas que pueden ser de leves a moderados. Sin embargo, unos pocos afortunados pueden incluso pasar sin ningún síntoma evidente. Por lo general, los dolores menstruales son los síntomas más molestos de la endometriosis.
La endometriosis se trata con AINE o antiinflamatorios no esteroideos, como el paracetamol, si el dolor se hace insoportable o empieza a obstaculizar las actividades cotidianas de la mujer. Además, la terapia hormonal con píldoras anticonceptivas orales, agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina, progestágenos o Danazol para reducir la hormona estrógeno e impedir la ovulación suele conseguir reducir el tamaño de los implantes y aliviar los síntomas relacionados con la endometriosis.
Sin embargo, cuando ninguno de estos medicamentos parece funcionar, o si la endometriosis empieza a interferir con las funciones de los órganos adyacentes en el abdomen, o la mujer experimenta infertilidad, entonces lo más probable es que la cirugía sea la mejor opción posible. En estas mujeres se suele realizar una laparoscopia para diagnosticar y extirpar o destruir los implantes endometriales y el tejido cicatricial. Del mismo modo, la histerectomía y la ooforectomía o extirpación del útero y los ovarios pueden aconsejarse en mujeres que no planean concebir. Lamentablemente, las causas de la endometriosis aún no están muy claras, aunque tiende a ser hereditaria.

El Dr. Dmitry Bronfman es ginecólogo colegiado especializado en todos los aspectos de la salud de la mujer contemporánea, medicina preventiva, dolor pélvico, cirugía mínimamente invasiva y robótica, y ginecología general, de la adolescencia y de la menopausia.
Clínica abortista de Brooklyn