El único centro quirúrgico aprobado por el Departamento de Salud del Estado de Nueva York
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Los abortos han existido desde que las mujeres pisaron por primera vez la tierra, pero gracias al milagro de las tecnologías modernas, nunca han sido más seguros ni más fácilmente accesibles, especialmente en Estados Unidos. He aquí un breve repaso a la historia del aborto en el mundo y en la cultura estadounidense en particular.
Los embarazos no deseados son un hecho de la vida y lo han sido durante miles de años: las razones para abortar son tan numerosas como los granos de arena de una playa, pero el objetivo es siempre el mismo: la interrupción del embarazo. Los antiguos boticarios elaboraban mezclas de hierbas naturales para provocar el aborto, se aplicaba presión abdominal y se introducían objetos punzantes en los orificios. La conclusión es que las técnicas abortivas nunca fueron seguras para la salud de la mujer hasta finales del siglo XX.
En Estados Unidos, la disponibilidad del aborto a petición ha estado inextricablemente ligada a las costumbres religiosas y culturales de la época, y las normas y presiones sociales afectaron a las recomendaciones y decisiones de médicos y legisladores. Las técnicas poco fiables y la falta de tecnología de la época hacían que los métodos abortivos utilizados entonces fueran peligrosos para la salud y la seguridad de las mujeres, por lo que la presión de los médicos contra el aborto también tenía una razón médica detrás. En 1900, el aborto legal estaba prohibido en casi todos los estados, aunque los abortos ilegales seguían prosperando silenciosamente.
En 1965, durante el nacimiento del movimiento feminista, los cincuenta estados prohibieron finalmente el aborto, haciendo imposible que una mujer obtuviera un procedimiento médico seguro y legal para interrumpir el embarazo. La protesta de la comunidad feminista fue inmediata: en todo el país empezó a oírse el mantra de que una mujer tiene derecho constitucional a tomar sus propias decisiones sobre su cuerpo y que no debería poner su vida en peligro para interrumpir un embarazo por medios deshonestos.
Pero no fue hasta 1973 cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos dictaminó que las leyes estatales vigentes sobre el aborto eran inconstitucionales. Los estados sólo podían imponer restricciones limitadas sobre lo que permitirían en los abortos del segundo o tercer trimestre, y en los del primer semestre no se podía interferir en absoluto. Aquella decisión histórica dividió ideológicamente a la nación, y el péndulo de la opinión pública ha oscilado en ambos sentidos en los 35 años que el aborto ha sido legal.
La decisión del tribunal, sin embargo, significa que si una mujer decide interrumpir un embarazo, puede hacerlo dentro de los confines de una clínica limpia y profesional donde recibirá asesoramiento, así como una selección de procedimientos abortivos seguros.
El Dr. Dmitry Bronfman es ginecólogo colegiado especializado en todos los aspectos de la salud de la mujer contemporánea, medicina preventiva, dolor pélvico, cirugía mínimamente invasiva y robótica, y ginecología general, de la adolescencia y de la menopausia.
Clínica abortista de Brooklyn